Juan Manuel Olivares Ojeda, estudió Publicidad en la UANL de Monterrey, México, se ha desempeñado como diseñador gráfico y fotógrafo. Fanático de la música rock, del período 1954-1998, así como de los comics, la astronomía y la historia.
Admirador irredento de Ray Bradbury, Buddy Holly, Carl Sagan y Debbie Gibson (sound strange he knows). Casado y con dos hermosos e inteligentes hijos. Ha pasado varios años traduciendo del inglés como hobby.
SHARON
Notas sobre el paciente Oliver Vale, continúa…
2/3/89; 2:45 A.M. La transferencia de Oliver se vuelve pronunciada, ofrecerle refugio en mi casa pudo no haber sido bueno para él. Sin embargo, el encarcelamiento podría llevarlo a la psicosis, y los pasados cinco años de terapia podrían ser inútiles. He tratado de explicarle esto a mi Otra Mitad, pero temo que él duda de mis motivos. Bruce, en sus celos furiosos incluso ha insinuado que no estoy verdaderamente preocupada por la salud de Oliver, sino que, sugiere que subconscientemente anhelo la colección de discos antiguos de Oliver. Esto no es verdad. En mi opinión, creo que el archivo de Oliver sufre de una enorme falta de Motown.
El giro que han dado las ilusiones de Oliver es fascinante, aunque atemorizante. En la superficie, el contenido de su ingeniosa transmisión de televisión parece indicar un saludable reconocimiento de que sólo él puede salvarse a sí mismo –porque, como he anotado frecuentemente- a menudo muestra una fuerte identificación con Buddy Holly. Sin embargo, esta identificación es, de hecho, una máscara para las ilusiones internas de Oliver de que Holly es su padre.
De manera que, ya que la transmisión se origina en otro planeta, me atrevo a formular un primer análisis: Oliver se ve a sí mismo como el salvador de su padre (id est, como el encarnamiento de la semilla de su padre), lo que, por extensión implica que también (poco característico a primera vista) se ve a sí mismo como el salvador de la Humanidad. Id est, para Oliver Buddy Holly (o lo que Holly simboliza –inocencia, libertad, habilidad, talento, amor-) = Dios Padre (quien vive en el Cielo), aquí trasladado a un planeta distante); Oliver mismo = Dios Hijo (el Salvador); y la televisión = Dios Espíritu Santo (a través del cual los deseos del Padre son comunicados y el Hijo nace como ser).
Lo infértil del planeta de Buddy/Oliver puede ser un símbolo de la madre de Oliver. Más de esto después de entrevistar a Oliver y analizar sus respuestas.
No sé qué pensar de las referencias a “Mr. Sullivan”. Nunca he oído antes de esta persona y Oliver nunca lo ha mencionado en mi presencia (¿Será el verdadero padre de Oliver?).
Las dificultades legales que se aproximan tal vez necesiten un análisis más completo, pero para minimizar este problema he decidido enviar a mis otros clientes con mis colegas durante la próxima semana.
La cinta de Buddy Holly ha estado en la televisión por casi dos horas. A veces Buddy/Oliver habla; a veces canta (con unos hipos extraños); y a veces está silencioso o se sienta en el piso y cruza las piernas, el piso parece ser de roca sólida. Nada se ha repetido. He estado grabando la transmisión durante cuarenta y cinco minutos y espero que un estudio detallado me ayude a determinar el curso futuro de la terapia de Oliver.
Ahora me doy cuenta que no debí pedirle que viniera aquí; debí ir por él y traerlo. En mi sorpresa al verlo en la pantalla de TV, no pude pensar claramente. Si en veinte minutos más no ha llegado, iré a su casa.
En este momento Buddy/Oliver (supongo que debo llamarlo “Oliver/Buddy”) está cantando una canción llamada “It’s too late”. Temo que está tratando de decirme algo.
Mi Otra Mitad no me está dando tanto soporte emocional como quisiera. Será interesante, después de pasar esta crisis, examinar cómo estos y loe eventos que vienen afectarán a nuestra relación.
Bruce insiste en referirse a Oliver como el “tonto”, lo que encuentro intensamente irritante.
La pistola de RICHTER
RICHTER
El timbre del teléfono lo despertó unos minutos después de las 4:00 A.M., tiempo del Este.
No estaba complacido.
“¿Richter?” preguntó una voz familiar. “Sí”, se sentó en la cama, descontento con su panza. “¿Has visto televisión?” “No” “Deberías. Pon cualquier canal”
Richter tocó un botón de la cabecera de la cama y una pantalla plana de cincuenta pulgadas en la pared comenzó a brillar, gradualmente mostró a un chico flacucho con una espinilla en la barbilla.
“¿Lo estás viendo?” “Sí”. El flacucho comenzó a cantar “I’m looking for someone to love” en un feliz hipo de voz. El chico era Buddy Holly. Richter lo recordaba, quería escuchar la canción, pero era una mala idea despertar a su compañera de cama mientras hablaba por teléfono. Bajó totalmente el volumen de la televisión.
“Está en todos los canales del mundo, Richter, incluyendo UHF y cable. Las transmisiones regulares están bloqueadas y han sido reemplazadas, aparentemente en los puntos de transmisión. Hasta las comunicaciones comerciales de satélite están llenas de esta cosa.
Nada en video, y quiero enfatizar el nada, nada responde a las órdenes. Los soviéticos ya protestaron -¡a sólo dos horas de comenzar!-. Creen que estamos bloqueando las transmisiones del Bloque del Este. Pero no es así, porque no podemos hacerlo. Y si nosotros no podemos, ellos tampoco”.
“No” dijo Richter aceptando lo obvio. “No sabemos cómo detenerlo. Ni siquiera sabemos de dónde se transmite. ¿Sabes lo que eso significa? ” “Sí” dijo Richter y se forzó a sí mismo a agregar “Eso creo”. Odiaba perder tiempo en cualquier otra palabra que no fuera monosílaba, pero también odiaba no ser explícito.
“Bien. Ahora eres parte de la fuerza de la Comisión Federal de Comunicaciones”. Tienes los mismos poderes y capacidad que cualquier otro ¿Entendido?” “Sí”. Richter estaba enojado. A su edad, con sus años de experiencia, resentía que le dijeran lo que debía entender.
“Muy bien. Trataremos de mantener a las otras unidades fuera de tu camino, pero no podemos garantizarte que detendremos a agencias u oficiales locales que quieran meter sus narices. El presunto perpetrador, un tal Oliver Vale, fue demasiado tonto para transmitir su identidad, así que puedes comenzar investigando en esta dirección”.
Richter escuchó la dirección y frunció el ceño. Además del impacto internacional, una investigación enfocada en Topeka, Kansas, no era su idea de una misión ideal. “¿Has terminado con tu misión actual?” preguntó la voz del teléfono. Richter miró a la mujer joven acostada junto a él. Estaba despertando con una soñolienta sonrisa en su rostro oval y perfecto. “No”, dijo él.
“Bueno, termínalo inmediatamente o posponlo. Este nuevo asunto tiene preferencia. Si ese hacker se cree muy listo como para estar jugando con las transmisiones domésticas, se lo dejaría a los agentes de la CFC, pero con los rusos orinando en nuestra sopa, tiene que ser arreglado rápidamente. Sólo asegúrate de saber cómo lo hizo, y como detenerlo antes de hacer cualquier otra cosa. Antes de hacer cualquier otra cosa. ¿Entiendes?” “Sí” Richter frunció aún más el ceño. Con estas restricciones tendría que estar en Kansas durante un día completo.
“Si necesitas asistencia técnica. Veré que se te provea. Vete ya” Richter puso la bocina en su lugar en la cabecera, tiró de la sábana y se enderezó en la cama. “¿Vas al baño?” preguntó soñolienta la mujer. “No” dijo Richter. Buscó bajo la cama y cerró la mano en su pistola plástica de 9 milímetros. Era invisible a los rayos X y sentía una gran empatía con ella. “Tienes un lindo trasero” dijo la mujer. Y su acento era casi distinto.
Richter dudó un poco y se levantó, dejando la pistola bajo la cama. Ya había obtenido toda la información necesaria de la mujer, podía meterle una bala bajo la oreja y tirar el cuerpo en algún basurero camino al aeropuerto. Pero era una debilucha, nada peligrosa, y si la dejaba vivir, podría ser útil en el futuro.
Así razonaba. Y decidió ser indulgente sólo esta vez. Se marcharía a Topeka.Ocultó la televisión para que la mujer no viera el brillo de la pistola, luego se vistió en la oscuridad. “¿Vas a salir?” preguntó ella. “Sí” contestó Richter. Tomó la maleta preparada del clóset y salió. La mujer no querría que la vieran salir de su departamento a la luz del día, así que pronto se marcharía también. El departamento se cerraría en automático tras ella y el sistema computarizado de seguridad se aseguraría que ella no regresara.
Dwight D. Eisenhower and Nikita Khrushchev
Realmente debería matarla, pensó otra vez mientras salía al aire helado en la noche del mojado Distrito de Columbia.
Excepto que…
Tenía cincuenta y dos años, casi calvo y ganaba peso a pesar de hacer ejercicio. Aún era el mejor operativo de la Compañía, pero podía sentir que llegaba el día que eso ya no sería verdad.
Debería matarla…
Pero tenía debilidad por cualquier mujer que le dijera que tenía un lindo trasero.
SKYVUE
En la barra de antojitos, hecha de concreto, en un teatro-restaurante cerca de El Dorado, Kansas, dos hombres que vestían camisas de franela y se parecían muchísimo a Dwight D. Eisenhower y Nikita Khrushchev estaban cerca de la parrilla. El teatro estaba cerrado, así que cocinaban para sí mismos.
“¿Cuánto tiempo estarás con esto?” pregunto Khrushchev. “Tanto como sea necesario”, contestó Eisenhower, volteando la carne de hamburguesa en la parrilla. “¿Eso qué significa?” preguntó Khrushchev agriamente. Su papada se agitó. “Significa lo que significa”.
Khrushchev dio un puñetazo en la parrilla a un lado de la hamburguesa de Eisenhower. ¡Basta de esa mierda de comedia circumlocutoria!” gritó “se supone que conduciríamos juntos este proyecto…” “Tu ayudaste con los preparativos Nick”.
“¡… pero ahora haces esta cosa de Buddy Holly sin decirme una palabra!. Y en lo que respecta a ayudar en los preparativos, ¡parece que lo que creía que hacía no es lo que estaba haciendo!. Creí que estábamos abriendo sus pequeñas mentes de carne gentil y lentamente, ¡pero ahora veo que tú estabas planeando esto!”
“Soy el líder del proyecto” dijo Eisenhower. “Como mi asistente, has sido de ayuda invaluable con tu trabajo y para ayudarme a sobrellevar el trauma de estar temporalmente encarnado. Sin embargo, ya que nuestros oponentes anti-encarnamiento nos han estado vigilando, es mejor que no conozcas todo el plan. Además eras un niño durante la transformación de nuestra gente, y yo ya era bisabuelo. Muestra respeto por tus mayores”
“¡Mayores mis polainas!” dijo Khrushchev “tengo quince mil veintidós años y tú tienes quince mil ciento diecisiete. ¡No es una gran diferencia!”. Eisenhower rió. “Más grande de lo que crees, niñito.” Khrushchev cruzó los brazos en su tremendo y enorme estómago “Está bien, pero ¿Buddy Holly?. ¿Qué es lo que quieres lograr?”
Eisenhower contestó “Ya veremos”. “Grandioso. Si me preguntas, el estar transmitiendo constantemente el mismo programa es el tipo de cosas que hace que las masas de encarnados se vuelvan locas. Hablamos de daños enormes”. “Lo sé”, Eisenhower volteó su hamburguesa “¿quieres comer una?” “Sabes que estoy a dieta y no me cambies el tema. Sigo muy molesto”. “Como consecuencia de tu forma actual, sin duda.”
Khrushchev giró los ojos y aspiró profundamente. “Mira, al menos dime algo: ¿Por qué elegiste a ese pobre tonto para enfrentar el problema?” Eisenhower sonrió. “No fui yo, Fue su madre. Ella compró y usó la antena parabólica. Recuerda que por poco y lo comprende”. Khrushchev negó con la cabeza. “No. Ella era una loca, cuya locura parecía ser entendimiento. Te ha engañado tal como engañó a los infiltradores anti-encarnamiento que se mudaron junto a ella.”
Eisenhower no dijo nada. Los ojos de Khrushchev se abrieron más. “Espera un minuto”, dijo descruzando los brazos. “Creo que sé lo que estás haciendo.” Eisenhower colocó una rebanada de queso amarillo sobre la carne. “No, no lo sabes”, dijo “Pero si pones atención, tal vez lo sabrás”. Khrushchev replicó “Soy todo oídos”. Y su inmenso cuerpo comenzó a agrandarse.
“No hagas eso”, dijo Eisenhower. “Está bien, entonces soy todo lenguas”. “Vas a hacer que pierda el apetito”. Una de las lenguas cayó en la parrilla y siseó. Khrushchev gritó adolorido.
OLIVER
Mis abuelos se mudaron a Topeka, llevando a Mamá con ellos, en Junio de 1959, mamá cumplió dieciocho años y terminó la preparatoria. Su fotografía de graduación muestra a una mujer joven de ojos tristes, rostro delgado y cabello largo y oscuro. Debajo del borde de la foto tenía casi cuatro meses de embarazo y comenzaba a notarse.
En la primera página del Volumen II escribió: Madre dice que nos mudamos porque papá consiguió un menor trabajo en la planta de Goodyear de Topeka, pero cuando le pregunté a papá si era cierto me miró de fea manera y fue por otra cerveza Falstaff. No debí preguntarle, porque sé cuál es la verdadera razón. Quieren salir del pueblo debido al bebé de C. Cuando lleguemos a Topeka no dudo que dirán a los vecinos que mi marido tuvo una muerte trágica, lo que de alguna manera es cierto, así que creo que no lo negaré.
Me siento mal por dejar a Mikey en Des Moines viviendo con la abuela. Es sólo un chiquillo, pero también es mi hermano y no me gusta saber que lo dejan por mi culpa, aunque él dice que prefiere quedarse. Pero ¿Qué sabe un niño de diez años?. No sé si él ya sabe sobre el bebé, pero si viene a Topeka pronto se enterará, y supongo que mamá y papá no quieren que pase por una humillación. Me siento molesta con ellos, pero están actuando como yo lo esperaba. Al menos no me han echado a la calle, aunque no me sorprendería que lo hicieran, ¿Qué mejor lugar que la calle para una puta?. No quisiera saberlo.
Mamá nunca volvió a ver al tío Mike. Él comenzó a responder sus cartas en 1967, después de ser reclutado, y ambos se unieron mucho más que si hubieran vivido en la misma casa. Probablemente se hubieran visto mucho cuando él regresara de Vietnam, pero no regresó. Alguien había dejado una mina Claymore en el lugar equivocado y el tío Mike pisó donde le creía que era seguro, aún así murió.
Mucho después de eso supe que las minas Claymore tenían escrito en un lado las palabras NO COMER, aparentemente se asemejaban demasiado a las latas de raciones de comida. Cuando le conté esto a mamá, ella suspiró y me dijo, “Eso probablemente no habría hecho ninguna diferencia para Mikey”.
Después de mudarnos a Topeka, mi abuelo tomó un trabajo en la planta de Goodyear, como lo planeaba y la fracturada familia se estableció en una casita de la sección de Highland Park para esperar mi llegada. Aquel verano Mamá no escribió mucho en el Volumen II, así que sólo tengo una vaga idea de lo que esos meses fueron para ella. De lo poco que escribió sé que la tensión entre ella y mis abuelos se incrementaba en proporción al tamaño de su estómago.
Su único escrito del mes de Agosto dice: hace tanto calor que el interior de mis muslos están cubiertos de sudor y quisiera morir. Mi Madre es una zorra quejosa y sudorosa, papá bebe demasiada cerveza y huele a neumáticos quemados. Estoy gorda y mi cabello es un desorden. A C le tocó el camino fácil. Me voy a escuchar “Heartbeat” de nuevo en el tocadiscos, aunque mi Madre dice que la está volviendo loca, el lado B es “Well… all right” y a ella tampoco le gusta, así que también la pongo.
Como Mamá pensaba esto, imagino que no le sorprendía que yo no quisiera salir a tiempo. Yo estaba seguro y a gusto donde estaba y no tenía deseos de salir a un mundo de tanto calor y donde “It’s so easy” no había siquiera entrado al Top 100 de las listas de Billboard. Debía nacer para principios de Noviembre, pero vino y se fue el Día de Acción de Gracias y yo seguía atrincherado en el útero, ignorando el hecho de que cada vez me ponía más grande y le causaba mucha incomodidad a Mamá. Diecisiete años después ella me dijo que yo había sido egoísta en extremo al rehusarme a nacer, yo me disculpé (estaba siguiéndole la corriente, porque ella estaba ocupada en su “búsqueda” de ovnis y Atlantis y yo tenía serias dudas sobre su estabilidad mental).
Finalmente, en el 18 aniversario del bombardeo a Pearl Harbor, Mamá decidió que era hora de enseñarme disciplina.
Esa noche escribió: Esto es todo, pequeño bastardo. Voy a fingir contracciones y gritar tan fuerte hasta que Mamá y Papá me lleven al maldito hospital. No tengo idea de que haré al llegar ahí, pero date cuenta que tu viaje terminó. Diez meses son demasiados si me los preguntas. Quiero recordar a C, sí, pero no hasta el punto donde terminé jodida y explotando. Ya ves, usé la palabra con J, si lees esto madre, J también tú.